miércoles, 16 de enero de 2019

Reseña: Canción dulce

Título: Canción dulce
Título Original: (Chanson douce, 2017)
Autor: Leila Slimani
Editorial: Cabaret Voltaire
Edición: 1ª Edición: Marzo 2017
ISBN: 9788494443480
Tapa: Blanda


Sinopsis

Myriam y Paul son un joven matrimonio francés relativamente acomodado que tienen dos niños pequeños. Myriam decide volver a trabajar y, para ello, contratan a Louise, una niñera prácticamente ideal que muy pronto se hace indispensable para el buen funcionamiento de la familia.Sin embargo, también pronto empiezan a salir a la luz sus pequeñas manías y su comportamiento un tanto extraño que va enrareciendo y eclipsando sus virtudes...
Premio Goncourt 2016



Opinión personal

La paternidad está afectando al matrimonio de Myriam y Paul. Él cada vez puede disfrutar menos de su familia debido a un trabajo absorbente. Ella siente su talento desperdiciado al haber truncado su carrera profesional a cambio del cuidado de los niños. Una niñera parece la solución perfecta. Así es como Louise entrará en sus vidas. Primero para endulzarlas: no sólo hace que se puedan despreocupar de los hijos, también de la limpieza, de la cocina y de cualquier tarea cotidiana. Pero al cabo del tiempo, para destrozarlasLouise, en la primera página de la obra, acabará asesinando a los pequeños Adam y Mila.
El lector empieza a constatar que Canción dulce es una obra maestra cuando un acto tan descarnado empieza a parecer esperable, casi lógico. El objetivo de la escritora marroquí es la cantidad ingente de violencia que se esconde en los intersticios de la vida diaria, sin que nadie le preste atención. Hay violencia en la prepotencia ciega y estúpida con la que el matrimonio burgués de tratan a su niñera Louise. Ciega, porque no son conscientes de ella. Estúpida porque, pese a ella, ponen en las manos de una extraña lo más preciado que poseen. Hay violencia en la arrogancia de las clases acomodadas hacia las más desfavorecidas, muchas veces camuflada de caridad. Hay violencia en las barreras que la sociedad y su plutocracia levantan entre las clases y su educación. A todas estas erosiones apunta lúcidamente Slimani.
Por otro lado, estas desigualdades generan situaciones privadas de elevadísima tensión entre el matrimonio y la niñera. En estos registros la autora se mueve como pez en el agua, usándolas como un medio poderosísimo para canalizar sus denuncias.
Intercalados con estas denuncias, en Canción dulce también se tocan temas de gran interés actual, especialmente la maternidad y la renuncia al propio tiempo que implica. La dificultad para la conciliación laboral y la valoración profesional de las mujeres es uno de los motores de la trama. No obstante, este tema aparece contrabalanceado por los problemas de subsistencia y terrible soledad de Louise, frente a los cuales parecen meros caprichos. Este planteamiento, magistral, contrapone las preocupaciones burguesas frente a las de las clases bajas. Aludiendo a una diferenciación insalvable que acabará estallando brutalmente.
Slimani usa en estos planteamientos un estilo propio y digno de una gran autora. En un espacio tan reducido, consigue una progresión natural entre las escenas de dulzura y el horror. En el mismo párrafo, el ánimo enfermizo de Louise evoluciona desde el amor al odio visceral sin sensación de cambios bruscos. Se alcanza la estupefacción desde la maestría estilística.
Con estas herramientas temáticas, Leila Slimani ha construido una obra de primera línea en la literatura francesa y mundial. Enarbolando un discurso que pone de manifiesto la hipocresía de clase y la patente falta de humanidad de la sociedad actual, nos llama urgentemente a hacer algo mejor de nosotros mismos. Además de desplegar un estilo de inmensa calidad literaria.

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